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"Los viejos amores que no están,

la ilusión de los que perdieron,

todas las promesas que se van, y los que en cualquier guerra se cayeron....

Todo está guardado en la

memoria,sueño de la vida y de la historia.."









1 de diciembre de 2010

Acostarse con un ex: La Previa y El día después


Solemos creer que todo tiene un porqué, una justificación, un sentido. Creemos que la mayoría de las actitudes y acciones se diferencian en racionales o subjetivas. Creemos, y no sin razón, que todo pasa por algo. Todo parece tener un fin, un objetivo claro. El hombre se diferencia del animal por su capacidad de razonar, pero no deja de serlo en términos de pasiones, emociones y por su instinto, por ese apetito que yace ante la falta.
Allí es donde reside la bendita cuestión. Sabemos diferenciar el acto sexual, el coito, ésa mera satisfacción de una necesidad, del acto “puro”, de hacer el amor?. Sabemos diferenciar un “tiempo concreto” de un “tiempo eterno”?, reconocemos cuando es el momento justo en el que hay que dejar de esperar?. Sin embargo, antes de dedicarnos unos segundos a formularnos ciertos interrogantes, a sentarnos a esperar qué pasará del otro lado si nos ausentamos un rato, a aprender a decir que “no”, nos arriesgamos como fieras ante el banquete que se nos presenta, que se nos regala, por miedo a que si no lo hacemos, no exista otra oportunidad. Nos excusamos en un “qué puede ser peor?”, “ya lo pase, esta vez será diferente”, “si quiere estar conmigo debe ser porque algo todavía siente”. Caemos de nuevo en la trampa!, pero…”el que no arriesga, no gana” suelen decir.

La previa:
La respuesta: Sí o No?
Con una afirmación, nos hacemos cargo del que vendrá, nos decimos miles veces: “no haré lo mismo que antes”, “no tocaré ningún tema del pasado”, “sólo me dedicaré a disfrutar sin pensar en el después”.
Es toda una especie de autoconvencimiento, de concientizarse en un posible. Depende de la fuerza de voluntad individual?. Viniendo de cuestiones del corazón es difícil controlar la ansiedad.
“Perdido por perdido”, “qué le hace una mancha más al tigre?”
Optamos por aceptar el reto.
Todo parece como antes, el sabor, los olores, la pasión, los besos, las miradas. Como antes de la ruptura vale decir.
Hacemos caso omiso del pasado, existe sólo el presente. Pase lo que pase, nos decimos, pasará. Como el dolor, la ausencia, el duelo, el después.
Ante una respuesta negativa, nos quedamos con el que podría haber sido, con la ausencia (conciente) del dolor, con la convicción de que hicimos lo justo para que no vuelva más el sentimiento, para que todo quede como estaba, estancado en el pasado, porque dolió demasiado, y no habrá humillación, ni daño que reparar.

Pero como no hay razón para el corazón, nuestra respuesta, la mayoría de veces, suele ser positiva. Entonces, ahora…a hacerse cargo.

El día después
Existen dos tipos de casos:
1. Valió la pena: En éste caso se logró el “éxito”. Está compuesto por:
a. La relación resurge, existe una oportunidad.
b. No es lo que parecía, nos sacamos la “mochila”, el pasado es pasado.
2. Retroceso emocional: Una regresión que nos deposita en la cúspide del hecho traumático, una mancha que había dejado sus huellas, allí en lo oscuro de la psiquis, en el lado perturbador del conciente. Pero, hay que hacerse cargo!.
El día después trae consigo una ausencia física, virtual, que con el paso del tiempo se agrava más porque ya no perdura ésa emoción del comienzo, ése “desinterés” del que vendrá, creemos dejar todo al azar, en manos del otro, de quien nos tuvo en ésas mismas manos, moldeándonos una ilusión, un momento que existió, pero que sólo en eso quedó.
Y ahora? Comienzan los interrogantes, de ésos que son un laberinto del que nunca se sale, porque no tienen respuesta, y si la tienen no dependen del sentido que nosotros les otorguemos, sino del otro, de ésa palabra mágica, cargada de sinceridad y otras de confusión, pero todo gira entorno a lo mismo: SATISFACCIÓN DEL DESEO. Y ahora viene la gran pregunta: DEL DESEO DE QUIÉN?